

Sky High
Season 2 Episode 7 | 1h 14m 12sVideo has Closed Captions
Barbara is devastated upon learning the truth of Enrique and Patricia's love affair.
Barbara is devastated upon learning the truth of Enrique and Patricia's scandalous love affair. Alberto is tormented by the sight of Ana, happy with Carlos.

Sky High
Season 2 Episode 7 | 1h 14m 12sVideo has Closed Captions
Barbara is devastated upon learning the truth of Enrique and Patricia's scandalous love affair. Alberto is tormented by the sight of Ana, happy with Carlos.
How to Watch Velvet
Velvet is available to stream on pbs.org and the free PBS App, available on iPhone, Apple TV, Android TV, Android smartphones, Amazon Fire TV, Amazon Fire Tablet, Roku, Samsung Smart TV, and Vizio.
Providing Support for PBS.org
Learn Moreabout PBS online sponsorship-Quiero que sepas que para mí ha sido un placer equivocarme a tu lado.
Me voy, pero te llevo conmigo, Blanca.
-Creo que deberíamos hablar sobre lo que pasó ayer.
-¨Se refiere a su historia con Maximiliano?
-¨Quién ha sido?
-He sido yo, Doña Blanca.
-Doña Blanca.
Está despedida.
Si Doña Blanca se va, no llegaremos a las fechas.
No va a cobrar usted hasta el año que viene.
Y por supuesto olvídese de la paga extra de Navidad.
-Lo sabía.
-¨Qué?
Que hay otra.
Crees que la estás engañando.
Me lo dijo ella.
-Entonces no sabe que eres tú.
-Cuente algo de lo que vio aquí anoche.
-¨Aquí anoche?
Es que no sé de qué me está hablando.
-Mejore su interpretación.
-Pensaba que era la única que lo sospechaba.
ra.-¨Qué sospechabas el qué?
-Pues eso, Enrique y Cla ¨Por qué no lo sé Por ti?
Pero, Mateo, ¨a qué viene esto ahora?
-Que me la estás pegando con ese fantoche, Clara ¨Qué te crees, que soy imbécil?
Sí... -Que yo no soy la amante del señor Otegui.
Que es Patricia.
-Has hablado con la marrana de tu novia?
¨Y?
¨Es ella?
-No, no es ella.
-¨Se lo has preguntado?
-Bárbara, Es una tontería.
Olvídalo.
-¨La conozco?
Sí, seguro que la conozco.
Sí la conoce la tonta de tu novia... -Patricia.
-Yo quiero a Pedro, hija.
Lo querré siempre.
A ti te quiero más que a nadie.
-¨Sabes lo que voy a hacer?
Que se lo voy a decir.
A partir de mañana nada ni nadie va a impedir que yo esté con Rita, primo.
-!
Papá!
-Manolito.
-Por un instante pensé que podría hacerte olvidar un rato.
-De no haber sido por ti, esta noche habría sido una tortura.
-Para Airse y por Velvet.
Que juntas tengan un viaje largo y placentero.
Y por ti Sara.
Muchas gracias por confiar en nosotros.
-Salud.
-¨Y por qué no me invitas a pasar?
[♪ Alba Lliure: "Falling in love"] -Por fin en casa.
Ya verás cuando le cuente a mi tío y a las chicas todo lo que nos ha pasado.
No se lo van a creer.
¨No me digas que Madrid no te parece mucho más pequeño ahora?
-No baje esa, caballero.
Yo me quedo aquí.
-No vas a entrar?
-No.
Me voy a casa con mi mujer.
-Alberto, ¨te pasa algo?
Has estado muy callado desde que salimos.
-No, estaba pensando en cómo agradecerle a Enrique la ayuda que nos ha brindado.
-Seguro que se te ocurre algo.
Bueno, gracias por el viaje.
Ha sido maravilloso.
[♪ música suave] -Marqués de Zafra, caballero.
-Felicidades.
-No me esperaba este recibimiento.
-Venga aquí.
-El que tú te mereces mi amor.
-Raúl.
-Alberto.
-Las grandes hazañas solo son propias de los grandes hombres.
-Enhorabuena, Alberto, lo has logrado.
-Aunque algunos creyeran que fuera una pérdida de tiempo.
-Bueno, menos laureles y más trabajar, que todavía hay que sacar adelante los uniformes y nosotros la nueva colección.
-He pensado anunciar la colección como se merece.
-Ah, ¨sí?
¨Y cómo es eso?
-Haremos una rueda de prensa.
Quiero que se entere todo el mundo.
-Una rueda de prensa.
-Nos vendrá muy bien.
Será una señal de fortaleza inequívoca para la competencia.
-Y a quién le puede interesar que dos empresas firmen un acuerdo?
-Enrique, cariño, podrías salir en las noticias de negocios.
-No quiero salir en las noticias de negocios.
-Quiero salir en todas las publicaciones.
Avisaremos a los pilotos, a las azafatas de Airsa a la gente más relevante de este país.
Vamos a hacer una fiesta de verdad.
[botella se descorcha] -Fiesta.
-¨Y quién va a pagar por esa fiesta?
-Pagará la empresa, porque nos lo podemos permitir y tú lo sabes mejor que nadie.
Y además será una inversión publicitaria.
-Alberto tiene razón.
La subasta fue de maravilla.
-Y las ventas han subido.
-Es absurdo y es un gasto innecesario convocar a los medios para algo que podríamos anunciar con una nota de prensa.
-Bueno, pero Velvet es algo más que negocios.
Es imagen.
-Muy bien dicho.
Esta chica va a llegar muy lejos.
-Entonces, ¨qué?
Chin chin.
-Claro que sí.
Por Alberto.
Por su colección.
Por mi colección.
Nuestra colección... -Que sí, nuestra colección -Por la presentación a la prensa.
Alberto Márquez, enhorabuena.
0-Chin chin.
-Muchas gracias.
[conversación indistinta] -¨Se puede saber a qué estás jugando?
Ayer te enteras que Patricia y Enrique están liados, y hoy... -Y hoy, no pasa absolutamente nada.
Mateo te agradezco mucho tu preocupación, pero no es el momento.
-Todo bien.
-Tan bien que no me lo creo.
-Me voy a duchar.
Necesito despejarme antes de ir a las galerías.
[♪ música en inglés] -Nueva York te ha sentado muy bien.
La idea de la rueda de prensa es magnífica.
Tienes que cruzar el charco más a menudo.
Pero la próxima vez me llevas contigo.
-Claro.
Tengo que irme a trabajar, Cristina.
-Te veo en la cena.
-Vale.
ero guárdate algo de ese ímpetu para luego.
Nos vendría muy bien para aumentar la familia.
-Ay, Rita, tenías que ver Nueva York, es increíble.
Bueno, la verdad es que tienes la sensación de conocerlo todo.
-Por las películas.
-Sí, pero todo es muchísimo más grande.
-Ya, ya.
Muy bonito.
¨Y qué tal con Alberto?
-Muy bien.
Me llevo a un montón de sitios.
Fuimos a cenar un dinner.
-¨Qué es eso?
-Un sitio donde se comen hamburguesas.
-Ah, ¨y nada más.
-Y perritos calientes.
-Te estás haciendo la remolona.
-¨Qué quieres saber?
-Pues me ha contado todo se pe a pa menos lo que interesa de verdad.
-Carlos se presentó en Nueva York.
-Bueno.
-y lo que tú quieres saber, Entre Alberto y yo no pasó nada.
Y no porque viniera Carlos, no hubiera pasado igual.
-¨Puedo interrumpir la conversación?
-Tío, no he podido traerle ningún regalo.
-¨Cuál regalo?
Tú eres el regalo, hija.
Y lo orgulloso que me siento de ti.
-Gracias.
¨Y doña Elena?
Que tengo muchísimas ganas de contarle todo.
-Ha pedido la mañana libre para hacer un recado pero por la tarde volverá a estar por aquí.
-Muy bien.
Pues voy a seguir deshaciendo la maleta.
Luego os sigo contando.
-Bienvenida.
Rita.
-Sí.
Muchas gracias, don Emilio.
Buenos días.
-Contigo quería yo hablar.
Aquello que me dijiste en tu habitación era broma, ¨no?
-Dame pistas porque lo tengo nebuloso.
-Pues nada poca cosa.
Básicamente que Pedro era el hombre de tu vida y que estabas enamorada de él desde siempre.
-¨Yo dije eso?
-Con otras palabras, pero en esencia, sí.
-Pues tengo que vigilar la lengua cuando bebo porque se me va la cabeza.
[risas] Si además ya no es tu novio.
-Pero lo fue.
-Bueno, pero lo trataste como un trapo.
-¨Y?
-Porque el pobre andaba como un perrillo por las esquinas.
Si se va a casar con la dichosa Rosa Mari.
-Eso es verdad.
-Pues ni pa ti ni pa nadie.
Para ella todo.
Venga.
[♪ música en inglés] -Primo, ¨Qué pasó con Rosa Mari cuando me fui?
-Pues nada, la acompañé a la pensión, llegué a la habitación, me metí en la cama.
Yo no sé para qué me metí en la cama, porque no he pegado ojo en toda la noche.
-¨Por qué?
-¨Cómo por qué?
Porque le he dicho a todo el mundo que me voy a casar con Rosa María Y ella no lo sabe.
Cómo se encuentra con Rita por los pasillos y si se lo diga.
Yo soy un fracaso humano.
Yo soy una vergu enza humana.
-También es mala suerte que se presente justo ahora.
Primo -¨Sí?
-Vas a quedar fatal.
-Muchas gracias, primo, Me estás dando muchos ánimos.
-Qué tienes que hablar con Rosa Mari.
-¨Qué le digo?
Oye, mira, Rosa María, le he contado a todo el mundo que me voy a casar contigo pero realmente de la que estoy enamorado es de Rita.
-Y me lo inventé porque ella estaba con un hombre casado.
-No, no, no, no, no.
No es fácil.
-Oye, pues mira.
[silbido] -Que no, que no Que no.
Como si Rosa María quisiera casarse conmigo.
Yo tengo que evitar que se encuentren y escoger el momento adecuado.
-¨Momento para qué?
-Rosa María.
Rosa María, pues... El gran momento... el momento para, Para entregar estos paquetes.
¨No te había dicho yo que te quedases en la pensión en la hora de mi trabajo?
-Sí pero el niño todo el día ahí metido me vuelve loca.
Y se ha empeñado en venir a verte.
-Papá, vamos a la calle a jugar.
-Manolito, hijo mío, es que yo tengo muchísimo trabajo.
-Y yo también.
Así que os dejo solitos.
-Venga, adiós.
Rosa María.
Mira, yo... -Oye.
¨Qué?
Tú estás muy raro.
¨Qué pasa?
-Que hay muchas moscas en esta época del año.
¨Os puedo dar una sorpresa?
Os vais al Retiro y os coméis unas.
Unas castañas.
-Pero es que yo quiero estar contigo.
-Ya lo sé, hijo mío, pero... vamos a hacer una cosa.
Te vienes a última hora de la tarde y dormimos tú y yo juntos como los viejos tiempos Pero antes te vas a ir a comprar unas cositas y me regalas algo que yo tengo un cacao en la cabeza.
Así que vamos.
Venga.
-Bueno, bueno.
Pero nos vemos luego, ¨eh?
Que no me he devuelto de Alemania para estar metida con el niño en una pensión.
-No te preocupes Luego hablamos.
Disfrutad del día, que hace un día... -¨Ana?
¨Ana?
Uh, se ha quedado frita.
-Que no, que no estoy dormida.
Solo estoy cansada del vuelo.
-Pues se te va a pasar en cuanto veas esto.
Bueno, ¨qué?
Hija, di algo.
No nos tengas así que yo los nervios los llevo fatal.
-¨De verdad habéis hecho eso mientras yo no estaba?
-Sí.
-Había que terminar los encargos de doña Aurorita.
¨Qué tal?
-Pero si son fabulosos.
ombre con tus diseños y las manos de Rita normal.
-Algo habrás hecho tú también, ¨no?
-Bueno.
-Chicas que al final nos convertimos en empresarias de postinos, lo digo yo.
Hay que sacar más colección.
-No, si yo encantada Pero te recuerdo que entre los uniformes y la colección de Raúl estamos hasta arriba de trabajo.
-Ya lo sé, pero teníais que haber visto lo que yo vi en Nueva York.
-Rascacielos.
-No.
El futuro.
Mientras estaba allí no paraban de venirme ideas a la cabeza.
Teníais que ver cómo va la gente allí vestida.
Pero para eso tenemos que ser algo más que un simple taller escondido en una habitación.
Sabéis que yo siempre quise ser diseñadora y ahora sé que lo voy a conseguir pero os necesito conmigo.
-Y es justo donde vamos a estar.
-Hombre, después de este discurso como para no.
-Voy a hablar con doña Aurorita y voy a convencerla para que nos deje sacar nuevos modelos.
-Pues vamos a tener que ampliar la plantilla.
-Bueno, pues buscamos a alguien en el taller.
¨Y Pepita?
-Pepita es radio nacional En cuanto se lo propongamos, todo Madrid se entera de quién es Phillipe Ray.
Ahora, trabaja y cose bien.
-Oye, ¨qué os parece Consuelo?
-Buena modista.
Más vaga que la chaqueta de un guardia.
-Y esta es de un exigente.
-Pues nada Ancha Castilla.
Sagrario y no se hable más.
-Sagrario no es pa Dios.
Es muy descuidada.
-Si tiene algo que comentar quizá podrían compartirlo con el resto.
¨Ocurre algo?
-No, estoy dando unas indicaciones.
-¨Y Doña Elena?
-Está ausente y la estoy sustituyendo.
-Ah, pero para eso tenemos una jefa de taller que puede hacer su trabajo, es más... -Ah, no, pero no hace falta.
-Pero yo no tengo ningún inconveniente.
-Que no, no de verdad.
Doña Blanca, por favor.
¨Puede venir un segundo?
Mire, doña Elena se ha ausentado y no vendrá esta tarde.
¨Le importaría hacerse cargo de las dos colecciones durante unas dos horas?
Será poco tiempo.
¨Verdad, Ana?
-Claro.
Será un placer trabajar con usted.
-Qué Dios la pille confesada.
-Muy bien, Señoritas.
-Doña Blanca.
Mire, los patrones de las faldas.
Puede asignar a dos chicas para que vayan pasando las telas, por favor.
-El largo debería tener un par de centímetros más.
-Así está bien.
-Esto no va a quedar bien.
En cuanto se engancha... -Lo quiero así.
-No sé que le habrán contado pero no voy a permitir que me hable en ese tono.
-Esto no es nada personal.
Parece mentira que no me conozca después de tantos años.
Todos hemos incumplido las normas alguna vez, pero esto es trabajo, nada más.
Así que, por favor, haga lo que le pido.
-Descuide.
-Gracias -Inés, acompáñeme.
-No tenemos mucho tiempo para preparar.
Hay que avisar a Clara para que llame a todos los medios de comunicación.
-Hecho.
-Y concertar una cita con Sara.
Quiero que Airsa forme parte... -Hecho.
Un fiel escudero siempre se adelanta a los movimientos de su señor.
-Me parece bien porque quiero que me ayudes a preparar el texto de la rueda de prensa.
-Qué sí, ¨necesitas un café?
Qué digo un café, un carajillo Tenemos que ponernos al día.
-Alberto... -Vamos al Pausa.
Has estado en el otro lado del mundo rodeado de mujeres bellas.
Quiero todos los detalles.
-Pensé que lo que querías era tu regalo.
Tranquilo.
Tiempo al tiempo, Mateo.
[♪ música en inglés] -Una botella.
Usada.
¨Este es el regalo que me traes de Nueva York?
-No es cualquier botella.
-Tiene restos de pintalabios.
-¨De quién son esos labios?
-No lo sé.
-Adivínalo.
No lo adivinarías en tu vida.
Doris Day.
-No puede ser.
[risa] -Te lo prometo.
-Imposible.
-Se la quité de su mesa.
-No.
A Ana casi le da un patatús.
Todo el mundo puede tener su autógrafo.
Pero ¨quién tiene la marca de sus labios?
Considéralo tu regalo de Navidad por adelantado.
-Muchísimas gracias.
Cómo me conoces.
-¨Y qué tal por aquí las cosas?
¨Cómo va con Clara?
-Pues como una película de Doris Day.
Todo el día como el perro y el gato Pero con la diferencia que aquí no se sabe si la cosa acabará bien.
¨Tú qué tal?
-Carlos vino a Nueva York.
-Eso no debería ser un problema, es su novio.
-Ya lo sé, pero pasaron la noche juntos y no pude, Mateo.
Me puede.
-Date tiempo.
Las heridas tardan en cicatrizar.
os dejarnos, no podem a Enrique tanto tiempo solo.
-Pero antes un brindis.
Por derrotar a nuestros enemigos y por los labios de Doris Day.
Y porque una noche más vas a conseguir que duerma abrazado a una botella.
[risa] Es verdad.
[golpes a la puerta] -Adelante.
Lo siento, cielo, pero no es buen momento.
-Vengo a despedirme.
Esta tarde me voy a San Sebastián con la niña y no sé cuando volveremos.
-¨Así de repente?
-Ha llamado mi madre.
Al parecer mi padre tiene neumonía y, bueno, está todo controlado, pero ya sabes que hasta que no le vea con mis propios ojos no me quedaré tranquila.
-Claro, claro.
Lo siento mucho.
Dale muchos ánimos de mi parte.
-Lo haré.
¨Seguro que no quieres venir?
-Ya me gustaría, pero es imposible.
Dale las gracias Alberto por tenernos así de empantanados.
-Bueno, entonces te llamaré cuando llegue.
-Claro.
Buen viaje.
-Que vaya bien la rueda de prensa.
-Buenos días.
Me gustaría hablar con el encargado por favor.
-Soy yo.
-Hola, soy Cristina Otegui.
Vengo por la fiesta que Galerías Velvet va a celebrar aquí mañana.
-Sí, claro.
¨Qué necesita?
-Va a venir muchísima gente, así que quiero la zona central diáfana.
Que nada moleste.
Y me gustaría organizar los reservados para poder charlar tranquilamente.
Que haya dos ambientes, aquí y allí.
Y, ¨usted cree que podríamos preparar un cóctel especial para la fiesta?
Algo nuevo, refrescante.
-Por supuesto -Podemos utilizar los vasos con el logotipo de Airsa.
Los que utilizan en los aviones y servirlo ahí.
-Veo que la anfitriona perfecta vuelve a la carga.
-Bárbara, ¨qué haces aquí?
-Por desgracia vengo a decirte que no podré acudir a tu fiesta.
Me marcho esta misma tarde.
-Espero que no haya pasado nada malo con Enrique.
-No.
Bueno, mi padre está un poco pachucho y me gustaría ir a visitarle a San Sebastián.
No te preocupes, no es nada grave.
-Lo siento muchísimo, Bárbara.
-Más lo siento yo que va a ser una fiesta épica y yo no voy a estar.
Pero nos vemos a la vuelta.
-Vale.
Buen viaje cariño.
Que no sea nada.
-Muchas gracias.
-¨Has enviado la convocatoria de la rueda de prensa?
-Sí.
Acabo de hablar con el último.
Qué eficiencia.
¨A qué periódicos has avisado?
-Pues ABC, Pueblo, Diario de Madrid Ya, Alcazar.
y de Radio: Radio Continental, Radio Nacional, y también a Cadena SER.
De revistas: A Garbo, a Hola, a Arte y Hogar, a Ilustración Femenina, a Marisol, a Ello.
Y como es una aerolínea, también a Triunfo y Ama, que acaba de salir solo me faltan el Almanaque de Agromán y Sissi.
Pero si quieres también les puedo llamar.
-Clara, por favor, enterremos el hacha de guerra.
¨No te molesta que siempre estemos enfadados?
Estamos hechos el uno para el otro.
la fiesta?¨Y Solo me estás pidiendo cosas de la rueda de prensa.
¨Quién está organizando la fiesta?
-Cristina organiza la fiesta.
Ya sabes cómo es.
Yo solo distribuyo el trabajo como un buen jefe.
¨Cuándo te vas a enterar que eres la única mujer que me interesa?
-Buenos días.
-Buenos días, doña Sara.
-Mateo.
-Sara, me alegro mucho de verte.
El jet lag no te afecta.
-El acuerdo ya se ha cerrado, Mateo, no tienes que regalarme el oído.
¨Don Alberto?
-Sí, la está esperando.
-Sara.
Pasa por favor.
-Te mereces que te haya parado los pies así porque a ti te da igual que sea secretaria, mujer de negocios o hermanita de la caridad.
Si es que te da igual ocho que 80 con tal de que lleve falda.
Bueno, si no la lleva mejor.
-Clara, intentaba ser educado nada más.
-Sí.
-Lo haremos aquí, en las galerías, si te parece bien.
-Como quieras.
A mí lo que me importa es la colección.
Todo lo demás es publicidad para Velvet.
-Y también para Airsa, ¨no?
-Podríamos invitar a algunos pilotos y azafatas para dar ambiente.
Que los medios sepan que ambas empresas están en sintonía.
-Ya lo había pensado.
Hablaré con mi secretaria y que lo organice todo.
-Alberto, ¨estás incómodo conmigo?
Estás tenso.
-Después de lo que pasó el otro día... -Deja de preocuparte.
Nueva York es cosa del pasado.
Alberto, si lo que crees es que he caído rendida a tus pies, quédate tranquilo.
No conozco el compromiso ni me interesa.
Mi propuesta iba por otro lado.
-¨Interrumpo?
-En realidad no.
Nos vemos mañana.
-Hasta mañana.
-Mateo.
-Sara.
¨Y a esta qué le pasa ahora?
Ya está, no me lo digas.
Os visteis en Nueva York, una cosa llevó a la otra, te tiró los trastos le diste calabazas y ahora está enfadada contigo por eso, ¨cierto?
¨Alberto?
Alberto, si me dices que he acertado, me muero ahora mismo.
Por favor, Alberto.
No puede ser.
genio.
Cuéntame, el pueblo necesita saber.
-Mi vida es muy complicada para meter a Sara en esto.
-No me lo puedo creer que te pasen a ti estas cosas.
Madre mía.
-Solo quiere sexo.
-¨Cómo?
-Es broma.
-¨Es broma o no es broma?
-Es broma.
-¨Es broma o no es broma?
¨Es broma?
Alberto, ¨es broma?
No es broma.
Alberto No es broma.
Alberto, por favor, no... Espera, espera, espera, espera.
Cuéntamelo.
Cuéntamelo.
Necesitas a alguien que te aconseje en estos temas.
Tú no sabes.
Alberto, por favor.
No me lo puedo creer.
-Tía Rita.
-Pero, Manolito.
Ay, ¨cómo estás?
Ay, déjame que te achuche.
!
Pero cómo has crecido!
¨Y tú qué haces aquí?
¨Que no estás en Alemania?
-Hemos venido a pasar la Navidad con papá.
-!
Ah!
¨Y cómo es que Pedro no me ha dicho nada?
-Porque ya sabes lo despistado que es este hombre.
-Sí.
-¨Qué tal, Rita?
-Pues aquí, muy bien.
Pero no tan bien como tú.
Enhorabuena.
-Muchas gracias, pero ¨enhorabuena por qué?
-Bueno, mujer, ¨por qué va a ser?
Que ya me lo ha contado Pedro.
Ya sabes que ese hombre no tiene secretos.
-Rosa Mari, hija, la boda.
-La boda.
-Ya verás, Manolito, lo guapo que vas a estar llevando las arras a tus padres.
Bueno, a mí se me hace tarde Ya, ya os veo luego.
Sí, eso.
Que, que me ha encantado verte, mucho.
-¨No habíamos quedado en la pensión?
Oye, te he visto hablando con Rita, ¨verdad?
-Pues sí.
Y creo que tienes algo que contarme.
-Sí, la verdad es que sí.
Tengo que contarte muchas cosas.
Manolito, ¨por qué no te vas a jugar a las escaleras?
Que madre y yo tenemos que hablar de una cosita.
A ver... ¨Cómo te digo yo?
Hay veces en la vida... Hay veces en la vida que la vida, la vida, la vida te arrastra, te arrastra como cuando te, cuando te arrastra una vaquilla, una capea y te revolea para arriba y para abajo y pierde la razón, pierde la cabeza.
No te asustes que, pues no me ha pillado ninguna vaquilla, ¨vale?
-Ya lo sé, Pedro, que no soy ninguna cateta.
Te refieres al amor, ¨verdad?
-Exactamente, el amor, como, como me conoces mucho, Rosa María.
Es muy difícil lo que te voy a decir... -¨Que va a ser difícil, Pedro?
Que si quiero.
[risa] -¨Qué sí, qué sí quieres qué?
-Que lo sé todo, bobo.
Que nos casamos.
Que me lo ha dicho Rita.
No te enfades con ella, la pobre no sabía que yo no lo sabía.
Qué ilusión, Pedro, !
qué emoción!
¨Cómo no voy a querer casarme contigo?
-A ver un tema.
Un tema... -Manolito.
Manolito, cielo, ven, que es oficial.
Papá y mamá van a casarse.
Por fin vas a tener una familia.
-¨Y viviremos juntos?
-Pues claro que sí, corazón.
Ay qué ilusión, Pedro, por Dios, !
qué ilusión!
[golpes a la puerta] -Sí.
-Hola.
-Hola.
-Bueno, dime.
¨Qué te han dicho los médicos?
-Nada.
-Después de marearme toda la mañana.
me han dicho que todo está bajo control.
-Pero ¨no te van a hacer más pruebas?
Una segunda opinión siempre viene bien.
-Pues no, porque si ellos dicen que estoy bien, es que estoy bien.
-¨Tanto te molesta que me preocupe por ti?
-Bueno, me molesta que lo hagas sin necesidad, porque si yo me siento bien y los análisis están bien, ¨dime qué necesitas para quedarte más tranquilo?
-Tienes razón.
Tienes razón.
Está bien.
Lo siento.
Lo siento.
-No lo sientas tanto y acompáñame al taller.
Anda.
Me cambio en un momento.
-Pero ¨tú crees que lo mejor que puedes hacer...?
-Emilio.
-Está bien.
No digo nada.
Te espero.
-Señoritas, ya es la hora.
Hemos terminado por hoy.
Recojan sus cosas y dejen todo ordenado.
Y no quiero ver un hilo por el suelo.
Ya lo saben.
-Doña Elena.
No sabe cuánto la he echado de menos.
-Y yo.
Enhorabuena por Nueva York.
-Bueno, enhorabuena a usted también, que nada hubiera sido posible sin su ayuda.
-Qué exagerada es.
-Buenas tardes.
-Don Alberto, ¨necesita algo?
-Quería saber qué tal había ido el primer día de los uniformes.
Enhorabuena por la parte que le toca.
-Hoy es el día en que me quieren poner colorada.
Gracias.
-¨Entonces cómo vamos?
-Bien, no me puedo quejar.
Está todo bastante avanzado.
-¨Podemos ver algo?
-Claro.
Hay patrones que están prácticamente cerrados.
Es lo que habíamos hablado.
-¨Cuándo podríamos tener el primer modelo?
-La semana que viene, sin falta.
-Muchas gracias.
A las dos.
-Gracias.
-¨Se encuentra bien, doña Elena?
-Sí, sí, sí.
¨No te importa que hablemos de esto mañana?
-No.
No, no, vaya a descansar.
-Gracias.
-Y este lo podemos entregar mañana mismo.
-Genial.
Oye Rita, nos ha dicho doña Aurorita que abramos un poco más el cuello de ese vestido.
-Si abrimos más el cuello le va a llegar el escote hasta las rodillas.
-Venga chicas, un último empujón, que la semana que viene cobramos.
Y van a ser las mejores navidades de nuestra vida.
-Rita, ¨me prestas un...?
¨Qué hacéis?
-Nada.
-Estamos cosiendo unos vestidos para nosotras, para Nochebuena.
-Ya, y yo me chupo un dedo.
¨Qué está pasando aquí?
¨Por qué tenéis todas estas etiquetas de Phillipe Ray?
¨Vosotras sois Phillipe Ray?
-Es Ana.
-¨En serio?
Me encanta Phillipe Ray.
-Bueno, somos las tres.
-Clara, por favor, no vayas a decir nada.
Si se enteran, nos echan.
-Bueno, es que esto me parece indignante.
Ya lo que me faltaba por oír.
Vaya, vaya.
-¨Y desde cuándo te importan a ti las normas de esta empresa?
-No, yo a mí las normas me dan igual.
Lo que me fastidia es que no me hayáis dicho nada.
Pero si es que yo me he comprado uno de tus modelitos y doña Aurorita no me ha hecho ni mal descuento.
Vamos, que si lo llego yo a saber... Seguro que os estáis haciendo ricas.
Ya podría yo echaros una manita.
-Pues no sé cómo, si no sabe ni enhebrar una aguja.
-Bueno, hija, algo sabré hacer.
-Guardar el secreto y punto.
-No.
Ya sé lo que puedes hacer.
-Anda, que vigilanta.
Cuánto talento desaprovechado.
-Calla y mira para el pasillo, a ver si nos van a pillar.
-Claro, es muy importante.
Hoy necesitamos tres máquinas de coser como sea.
-Normalmente lo hacemos en la habitación, pero hoy o lo hacemos así o no llegamos.
-Bueno, pues quiero un vestido a cambio.
-Uno no, seis.
Venga, calla y vigila.
-¨Sabéis lo que me ha pasado con Mateo?
-Esto es lo bueno de Clara, que no nos vamos a aburrir por las noches.
-¨Que habéis roto otra vez?
-No será por falta de ganas, que es que le gusta más una falda, se le van siempre los ojos.
Yo ya no sé si esto va en serio, si no, o si alguna vez lo fue.
-Pero si cuando empezaste con él ya sabías cómo era.
-Ya, si una vez le pillé mirando el trasero a esta compañera vuestra, ¨cómo se llama?
-¨Pepita?
-No, la otra, la que es vieja, la... -!
Clara!
!
No llames así a Esperanza, pobre!
[puerta se cierra] -Bueno.
-¨Habéis oído que viene alguien?
-!
Raúl!
!
Raúl!
Rápido, guarda todo.
-!
Hola!
-!
Raúl!
-¨Qué tal?
-¨Todo bien?
¨Qué hacéis aquí tan tarde?
-¨Y usted?
-Yo me he olvidado la cartera y venía... ¨Y vosotras?
-Viendo los diseños.
-Veníamos a dar un paseo.
-Vinimos dando un paseo.
-Corto.
-Para echarle un vistazo a los diseños de Ana.
-Es que es mi primer día.
-Pero vamos, que ya íbamos de vuelta a las habitaciones, ¨verdad?
-Sí.
-Sí.
-Venimos de dentro y allí no había nada de nada.
-Nada de nada.
-Nada y menos carteras.
-Vamos, porque no va a estar.
Si estuviera la hubiéramos visto, ¨que no?
-Claro.
-Pues habrá quedado en otro sitio.
-Pues claro.
-Voy a comprobarlo por mí mismo, gracias.
Pues parece ser que no es totalmente cierto lo que me habéis contado.
-Ay, Raúl, verás, nosotras... -Nosotras está claro que no vemos ni tres en un burro aunque lo tengamos delante, porque, porque la cartera está aquí.
!
Vamos, que es un perro y nos muerde!
[imita ladrido] [risas] -Gracias.
-Pues nada, cada uno a su casa y Dios la de todos.
Buenas noches, buenas noches, señor De la Riva.
Que descanse usted.
-Por fin.
-Ay, Dios, ¨crees que se lo ha creído?
-No.
-Cosa más rara.
!
Jonás!
Veo que se ha integrado a la perfección en la dinámica de las galerías.
Trabajo por el día y Pausa por la noche.
-A las duras y a las maduras, señor De la Riva.
Que descanse.
-!
Jonás!
Creo que voy a necesitar de su ayuda.
Se trata de las chicas, de Clara, Rita, Ana y Luisa.
-Usted irá.
-Si trae algo entre manos, no sé qué, pero estoy seguro que traman algo.
Necesito que lo averigu e para mí.
Usted pasa mucho tiempo con ellas, se fían de a usted y evidentemente usted es muchísimo más valiente que Pedro.
-Hombre, ahí me ha calado.
¨Y qué saco yo de todo esto?
-Yo puedo hacer que Luisa caiga en sus brazos.
-¨Y eso qué más me da?
-Anda, no se haga el tonto.
He visto cómo la mira, como un ratoncito a un trocito de queso.
-Yo no, que va, si es ella la que no me quita ojo.
-¨Ah, sí?
Ah, bueno, pues entonces mi oferta no le interesa en absoluto.
Ya buscaré otra, gracias.
-¨Qué hay que hacer?
-¨Os vais a casar aquí o en el pueblo?
-No sé, Manuelito, no lo sé.
que leá siempre dice gustaría casarse en el pueblo.
-Pues nos casaremos en el pueblo, si al final es lo que ella quiera.
-Mamá es una mandona, siempre es lo que ella quiera.
-Pues sí.
Oye, ¨tú estás feliz con la boda?
-Mucho.
-No lo estés tanto, que la vida da muchas vueltas.
Al final te arrastra como una capea.
-Sí, ya lo sé.
-Sí.
-¨Cómo que tú lo sabes?
-Los mayores y sus líos.
Tú querías a la tía Rita, pero ahora quieres a madre.
-¨Cómo?
¨Cómo, cómo?
Eh, mírame.
¨Cómo que yo quería a la tía Rita?
-Papá, que soy pequeño, pero no tonto.
Tú querías a la tía Rita y ella a ti.
-¨Pero cómo me vas a creer a mí?
¨Tú estás chalado?
-Que sí, que yo me di cuenta.
-Pero eso era antes.
-¨Tú crees?
-No sé.
Venga, a dormir.
[♪ música suave] -¨Qué tal, cariño?
¨Tu padre cómo está?
Bueno, me alegro.
¨El viaje bien?
Sí.
Voy a terminar un asunto y me iré para casa.
Claro que te voy a echar de menos.
Un beso muy gordo para las dos.
Adiós.
-¨Jugando al marido perfecto?
-Sé jugar a muchas más cosas.
[♪ música animada] -¨Ah, sí?
¨Y a qué?
-Bueno... [♪ música animada] -¨Has terminado?
-Sí.
Sí.
Muchas gracias.
Quédese con el cambio.
-Gracias.
[♪ música en inglés] -Esto no es lo que parece.
-¨Eso es lo mejor que se te ocurre decir?
¨Y tú te estás riendo, torra?
-Lo siento.
-¨De qué te ríes?
-Bárbara, por favor.
-¨De qué te ríes?
-Bárbara, por favor.
Por favor.
-Enrique, vamos a casa.
-Enrique, creo que te esperan para cenar.
o que quieras,o l porque no te puedes llegar a imaginar lo retorcida que puedo llegar a ser.
Te espero en el coche.
[♪ música en inglés] ¨Desde cuándo?
-¨Y desde cuándo te ha importado?
Te doy todo lo que quieres.
Casas, vestidos, joyas... -Y ahora me has quitado la poca dignidad que me quedaba, Enrique.
!
Es la hermana de tu cuñado!
-No estoy enamorado de ella, si es eso lo que te preocupa.
-¨Amor?
Pero si tú no sabes lo que es eso.
No pienso dejar que me humilles públicamente.
Si me he enterado que no sabrán los demás.
Enrique, quiero que la dejes.
-No.
¨Bárbara?
!
Bárbara!
[♪ música en inglés] -Bárbara.
-Gracias por haber venido a estas horas.
-Descuida, ¨qué ha pasado?
Me dijeron que te marchabas a San Sebastián.
-Tenía que verlo con mis propios ojos.
-¨Y ahora qué?
¨Qué piensas hacer?
-No lo sé.
A ver, no es la primera vez que me lo hace.
Pero siempre había sido con fulanas del tres al cuarto.
Al final va a ser verdad eso de que estamos destinados a repetir la historia de nuestras vidas.
Cuando era pequeña, mi padre faltaba muchas noches y yo veía a mi madre llorar, y llorar, y llorar... pensaba: "Eso a mí no me va a pasar nunca.
Nunca, nunca, nunca."
Y ahora mírame.
-Bárbara.
-Mateo.
-Eres una mujer fuerte.
Esto no va a acabar contigo.
-!
Clarita!
-Luis, una botella de sidra para llevar.
Que el trabajo duro con una copa se lleva mejor.
Bueno, y con las que haga falta.
-No sí al final va a resultar que, que además de un golfo, eres buena persona.
No como el cabrón de mi marido.
Pero eso es algo que ya sabía.
[♪ música suave] -Bárbara, no.
-¨No qué?
-No, no, no, no.
-Pero, bueno... -No creo que esta sea la solución.
-Mateo, siempre has sido mi espinita clavada, eso no es nada nuevo.
-Bárbara.
Tienes razón.
-Venga, te llevo a casa.
Vamos.
[sollozos] -¨Qué pasa, Clarita?
¨Qué ha pasado?
[llanto] ¨Qué ha pasado?
-¨Qué pasa?
[♪ música sensual] -¨Cómo andas de fuerza?
-¨Podemos dejarlo para mañana?
Estoy agotado.
-Todo el día imparable y ahora justo estás agotado.
-No.
Te he echado mucho de menos.
Será mejor que te pongas encima.
Bárbara dice que es lo mejor para quedarse en cinta.
[♪ música sensual] -Bárbara.
Bárbara, cariño, tranquilízate.
Todo se va a arreglar, de verdad, te lo prometo.
-Buenos días.
-Escucha, ahora no puedo hablar.
Tú intenta descansar un poco.
Sí.
Ahora te llamo.
Un beso.
¨Cómo has podido hacer algo así?
-Veo que las noticias vuelan.
Cristina, yo no estoy casada ni comprometida.
Puedo hacer lo que me dé la gana.
Enrique no puede decir lo mismo.
-Eso no te da derecho a meterte en medio de una familia.
El matrimonio es sagrado, Patricia.
-Eres más ingenua de lo que pensaba.
-Y tú eres muy lista, ¨no?
Tienes respuestas para todo.
Pues contéstame a esto.
a?
¨Qué crees que va a pasar a partir de ahor ¨En qué posición nos dejas a todos?
¨En qué posición quedas tú?
Te da igual, ¨no?
No tienes escrúpulos.
Pues tu error es... -¨Mi error?
Que yo sepa éramos dos.
Además fue Enrique quien me buscó.
-Y tú te has abierto de piernas con el marido de otra.
o, Patricia, solo lo hacen las golfas.
-¨Perdona?
-Ya me has oído.
No tienes vergu enza, ni decencia ninguna.
Y que te quede bien claro, si fuera por mí, no pasarías ni un día más bajo este techo.
[♪ música en inglés] ¨Es que ya no quieres a tu mujer?
-No sé de qué me estás hablando.
-De que tienes una familia y estás dispuesto a tirarla por la borda por un capricho.
-No se trata de eso.
-Entiendo que los hombres sois así, pero, Enrique, si todavía la quieres... -Deja el amor para los cuentos y para las princesas.
El matrimonio es por encima de todo un acuerdo.
Y Bárbara siempre ha estado conforme hasta ahora.
e le vas a decir a tu hija cuando crezca?
¨Cuándo se vaya a casar con alguien que le haga lo mismo que tú?
Enrique, Bárbara te quiere.
No hundas a esta familia por un revolcón.
-Ocúpate de tus asuntos, que bastante tienes ya.
-Hasta ahora te he defendido con todos.
Con Alberto, con tu mujer, pero ya no puedo más.
Desde que has llegado no has parado de dar problemas.
Está claro que soy la única que se preocupa por esta familia y si tú no vas a hacer algo por salvar tu matrimonio lo haré yo.
-¨Cómo está?
-Una alma en pena tiene más vida, Ana.
No para de llorar.
Te juro que nunca hubiera visto así mi hermana.
h!
-Sí Mateo te juro que sí.
-!
Calla, calla, calla, e Que ni te imaginas los esfuerzos que estoy haciendo para no ir y cantarle las cuarenta.
Por eso necesito que seas tú la que le ponga una excusa a Mateo de que Clara no va a ir a trabajar hoy.
-¨Hoy?
Pero si es la rueda de prensa, Rita.
La van a matar.
-Ya, ya lo sé.
Pero es que no nos queda otra.
Porque dice que no quiere verle, que no quiere hablar con él.
Y que como le digamos algo a Mateo nos mata y a nosotras.
-Pues a ver qué me invento yo ahora.
-Lo siento.
-¨Bancos?
A ver si Clara va a estar forrada y no lo sé.
-Pues tenía que ir a dos o tres, que la mandó Alberto.
-Entonces estará aquí a media mañana, ¨no?
-No, porque luego tenía que recoger a un familiar suyo en Atocha.
-¨En Atocha?
No me dijo nada.
-No, tampoco tiene por qué decírtelo, no me dijo ni que te avisara, que va a estar todo el día afuera.
-Esto es increíble.
El día con más trabajo y Clara de recados por ahí.
bién -No pasa nada, ¨no?
Por un día tam la puedes cubrir tú, que para algo es tu novia.
¨Se puede saber qué mosca te ha picado?
-A mí ninguna.
¨Y a ti?
-Ana.
-El deber me llama.
-Ya está todo preparado.
-¨Has ensayado ya el discurso?
Hoy es tu gran día.
-Con 50 veces es suficiente.
-Pues sí.
-Alberto.
-Buenos días.
¨Nerviosa por la presentación?
y no tengo mucho -Bueno, ho que hacer, la verdad.
Los uniformes aún no se van a presentar.
-Bueno, no sabía que estabais... Enhorabuena.
-Dámela solo a mí, que soy el auténtico afortunado.
-¨Querías algo, Enrique?
-Sí, he pensado que estaría bien que Carlos se sumara a la rueda de prensa.
Al fin y al cabo, sin él, nada de esto habría pasado.
-No hace falta.
Ya tenemos a Sara en representación de Airsa.
-Y él puede acompañarla.
-He dicho que no hace falta.
-La rueda de prensa la he organizado yo y tenemos que hacer las cosas a mi manera.
Disculpa, Carlos, no es nada personal.
-Deben de ser los nervios.
Nos vemos esta tarde.
-¨Hay algún problema?
-No, no te preocupes.
E l y Enric están siempre así.
Carlos, tengo que ir a hacer unas cosas.
Muchísimas gracias por venir, me hace mucha ilusión que estés aquí esta tarde.
-No me lo perdería por nada del mundo.
-Luego te veo.
[♪ música suave] -Después de la rueda de prensa habrá una fiesta en el Pausa, irán azafatas y pilotos, si quieres puedes ir con Carlos.
-Qué bien, ahí puede ir.
-Sabes perfectamente que Carlos no pinta nada en esa rueda de prensa.
-Carlos es el primero que no quiere ir.
Pero hay maneras y maneras de decir las cosas y desde luego la que tú elegiste no fue la mejor de todas.
-¨Y qué tenía que hacer?
¨Ponerme de rodillas y pedirle perdón por decir lo que pienso?
-Me bastaría con que no te hubieras comportado como un idiota.
Si me necesitas, estaré en el taller.
Muy bonito, enhorabuena.
-Aquí tiene las celas con los marcados de patrones.
-Gracias.
-Doña Blanca, si no recuerdo mal, le pedí la falda más corta.
-Sí, lo sé, pero estoy segura de que así quedará mucho mejor.
Lo otro sería demasiado vulgar.
-Ya, pero es que esto no es lo que yo le pedí.
-Ana, llevo toda la vida trabajando en esto y he tenido que lidiar con muchos diseñadores.
Hay cosas que sobre el papel quedan muy bien, pero que sobre la tela se convierten en un desastre.
Compruébelo.
-No.
No.
Entiendo que para usted es extraño, porque para mí también lo es, pero ahora es usted la que debe acatar órdenes.
Respeto mucho sus años de experiencia, pero las cosas ahora se van a hacer a mi manera.
Y si me equivoco, es mi equivocación.
-Yo solo quería ayudar.
-Lo siento, no voy a entrar en una guerra con usted por cada detalle.
Quiero esto exactamente como se lo pedí, lo quiero ya.
-Buenos días.
-Buenos días, doña Elena.
¨Cómo está?
-Bien, con muchas ganas de empezar, la verdad.
-Me alegro, porque no nos sobran manos.
¨Puede acompañar a doña Elena e indicarle en qué hemos estado trabajando ayer, por favor?
-Por supuesto.
-Gracias.
-Venga conmigo.
-Ahora sí eres una diseñadora de verdad y después de esto, ya estás preparada para cualquier cosa.
[♪ música suave] -Señor De la Riva.
Chicas, chicas.
Chicas, la señora Antuña ha venido a recoger el vestido que dejó para arreglar.
Decidme, por Dios, que está listo, que ya sabéis el genio que gasta esa mujer.
-Pues no está listo.
-¨Cómo qué no?
-Que sí, hombre.
-Luisa, bien te asienta esa bata.
-Ay, por Dios.
-Venga, anda.
-Muchas gracias, Margarita.
-Un momento, un momento, un momento, un momento.
-¨Sabes algo de lo nuestro?
-Pues no, todavía no.
Sé que se traen algo, porque hace un rato estaban las tres en la habitación de Ana, pero estoy hasta arriba de trabajo, señor De la Riva.
-Pero por favor, qué valor, qué trabajo, ni qué trabajo.
Estás todo el día saqueándote.
Que no hago más que verte saquearte todo el tiempo.
¨No crees que es el momento ahora?
-¨De escaparme?
-De ir al cuarto de Ana.
-No.
-Sí.
-No.
No.
No.
-Sí.
Sí.
Sí.
-Bueno.
-Van a estar un rato aquí trabajando.
Seguramente en un par de horas lo pasen por el cuarto.
Trae.
Ya le doy yo el vestido a la señora Artuña, que le va a hacer mucho ilusión en verme.
!
Venga, vete ya!
[♪ música cómica] -!
Espera, Pepita, que se me ha olvidado en el cuarto, si no, no lo puedo hacer!
[♪ música cómica] -Ya hemos colocado los patrones en las telas y hemos empezado a cortar.
-Perfecto.
Tengo la sensación de que mi ausencia no se ha notado en absoluto.
Y es porque eres una magnífica jefa de taller.
-Bueno, supongo que el mérito es de la experiencia.
Son muchos años ya... ¨Se encuentra bien?
-Sí.
Lo siento.
-Vamos a su habitación.
Ana, avise ahora mismo a su tío, por favor.
-Claro.
-¨Qué ha pasado?
-Se ha mareado.
-No, estoy bien, Emilio.
Tengo un poquito de anemia, nada más.
-Entonces será mejor que coja fuerzas y descanse, ¨verdad?
-No quiero verla trabajando, ¨eh?
-¨Quieren dejarnos solos, por favor?
-Sí, claro.
Volvamos al trabajo.
-Esto no es una anemia, ¨no, Isabel?
-Emilio, por favor, vamos a dejarlo estar.
-No, no pienso seguir como si no estuviese pasando nada.
Y tú tampoco deberías hacerlo.
¨Qué te han dicho los médicos?
-Que no estoy mejorando.
-No sé cuánto tiempo me queda.
-Isabel, tal vez nos equivocamos.
Es posible que... Alberto merezca saber la verdad.
-No, no.
No puedo hacer eso a mi hijo.
No quiero que pierda a su madre por segunda vez.
-¨Y crees que es mejor impedir que la conozca?
¨Vas a ser capaz?
Yo creo que es más lo que puede ganar, lo que podéis ganar los dos, creo.
-Pero, no lo sé.
Lo tengo que pensar.
Solo puedo prometerte eso.
-Vale.
-Gracias.
-Descansa.
Volveré a verte más tarde.
-Sí.
-Descansa.
-¨Cómo está?
-Bien, está, está más tranquila.
-Pues yo no.
Esa mujer no tiene anemia, don Emilio.
Sea lo que sea, es más grave que eso.
No creo que pueda seguir trabajando.
-Pues va a seguir haciéndolo, me temo.
-¨Pero por qué?
Si necesita dinero, seguro que hay alguna manera de ayudarla, pero es evidente... -Le agradezco su preocupación, pero va a seguir al frente de la colección Airsa.
-Doña Elena no puede estar al frente del taller.
Don Alberto necesita a alguien que esté al pie del cañón.
-Deberíamos decirle lo que ocurre... -No, y no insista.
-Pero, pero ¨por qué?
¨Qué puede haber tan importante como para poner en riesgo su salud?
-Doña Blanca... -No, no pienso moverme de aquí hasta que no me dé una respuesta.
-Doña Elena es la madre de don Alberto.
[♪ música animada] -Se ha buscado el mejor sitio, ¨eh?
¨Está bien?
-Sí.
Estaba pensando que todo esto es posible gracias a ti.
ce unos meses era solo un sueño y ahora lo has conseguido.
Has pasado página, de Alberto, de todo, de todo.
Has aprovechado tu oportunidad.
¨Estás contenta?
-Mucho.
-Me alegro, hija.
Hay ocasiones en que desaprovechar una oportunidad es como desaprovechar la vida.
-¨Cómo está doña Elena?
lanca me dijo que aún sigue indispuesta.
-Mira, Carlos.
Ve con él.
Y celébralo como mereces.
Ana, Ana, ¨y Clara?
-Aún no ha llegado.
-¨Qué?
¨Estás nerviosa?
-No.
-Alejandro, cuánto tiempo.
¨Cómo estás?
-Ansioso por saber que nos tenéis preparados, la verdad.
-Si te adelanto algo, mi marido me mata.
-Caballero.
-Alejandro Soto, del Ya.
Alberto Márquez, mi marido.
-Encantado.
Si me disculpan.
-Hola, Sara.
-Hola.
-¨Nos conocemos?
-Creo que no.
Sara Ortega.
-Usted es la señorita Ortega.
Yo soy Cristina Márquez.
-Alberto me ha hablado mucho de usted.
-Pues no se crea ni la mitad de lo que dice.
-A mí me parece muy sincero, la verdad.
-Tenéis mucha capacidad de convocatoria, eso es innegable.
-Dele la enhorabuena a mi mujer.
En el fondo vienen todos a verla a ella.
-Alberto.
-Mateo, ¨cómo estás?
-No tan bien como tú, Sara.
Creo que deberíamos empezar, ya está todo el mundo.
-Sí, muy bien.
-Sara, ¨me acompañas?
-Encantada.
-No me habías dicho que era tan guapa.
-Son solo negocio, no me fijo en esas cosas.
Tu padre.
-Por ellos.
!
Papá!
Qué bien que hayas podido venir.
-Me he hecho un hueco en el trabajo.
El éxito de las galerías bien merece este esfuerzo.
No veo a Bárbara, ¨ha venido?
¨Ocurre algo?
-Tenemos que hablar, de Enrique.
[aplausos] -Buenas noches a todos.
Muchas gracias por venir.
Bienvenidos a Velvet.
Si les hemos citado en una noche tan especial, es porque queríamos hacerles partícipes de una excelente noticia.
El acuerdo entre nuestra firma y las aerolíneas Airsa para la confección de sus nuevos uniformes.
Por favor, preguntas.
-Antonio García, ABC.
¨Se van a dedicar a la confección de ropa para empresas?
-No.
Como sabe, Airsa no es una empresa cualquiera.
Es una aerolínea que se caracteriza por la excelencia en todas sus facetas.
Igual que nosotros en el mundo de la moda.
Sí.
-Francisco Contreras, Diario Pueblo.
¨De dónde surge la idea de la colaboración entre las dos empresas?
-Sara, por favor.
-Buenas noches.
Cuando decidimos hacer frente al cambio de identidad visual de las aerolíneas, sabíamos que no queríamos sólo uniformes de trabajo.
Queríamos transmitir la calidad de nuestra empresa.
Queríamos dar al usuario una imagen que no olvidara fácilmente.
Y por eso recurrimos a los mejores.
Y francamente no se me ocurre un lugar mejor para mostrar la alta costura que un avión.
[risas] -El acuerdo con Airsa es muy importante y mi equipo y yo hemos trabajado muy duro para conseguirlo.
Estamos muy satisfechos con los resultados, que van a tener la oportunidad de contemplar dentro de muy poco, pero estaremos más satisfechos aún cuando la señorita Ortega haya estampado su firma en el documento.
[♪ música suave] -Sara.
-Claro que todo el mundo sabe que un acuerdo no es tal sin un buen apretón de manos, así que por favor.
[aplausos] -¨Tú quién te has creído que eres, eh?
¨Cómo te atreves a monopolizar la rueda de prensa así?
-¨Y cuál es el problema?
¨Que no has brillado lo suficiente?
¨Tanto interés tienes en figurar?
Adelante, hazlo.
.
A ver cómo se lo explicas a tus invitados, imbécil -Dame la cámara.
es mía,hace?
La cámara no se la voy a dar.
-No va a salir de aquí con esa cámara.
-Alberto, ¨qué haces?
¨Qué está pasando aquí?
-Gracias, Ernesto.
Dale recuerdos a Marisa.
a os llamoima seman y os venís a cenar a casa.
Gracias.
Ya está.
Esa foto jamás verá la luz.
La cuestión es que ahora debo un par de favores.
Y cuando llegue el momento no podré decir que no.
-Gracias, Gerardo.
-No me la des aún.
Se acabaron las peleas y las discusiones, en público y en privado.
¨Está claro?
ndéis a comportaros como dos adultos, o tendré que tomar medidas.
-No hay que sacar las cosas de quicio, ha sido un calentón.
-Hablo muy en serio.
Se acabaron las peleas.
r a comportaros como una familia a la fuerza.
Estas Navidades las pasaremos todos juntos en la casa de Bagueira, como la familia bienavenida que deberíamos ser.
¨Estamos?
-Por mucho que se empeñe, hay cosas que no pueden forzarse.
-Tú te quedas.
Lo tuyo con Patricia se acabó.
-¨Quién le ha dicho eso?
-Cristina.
-No me lo puedo creer.
-Y lo que yo no me puedo creer es que hayas sido tan estúpido como para que te pillen y con la hermana de tu cuñado.
Viniste a Velvet para quitarme trabajo, no para darme más.
-Con el debido respeto, padre.
Mi matrimonio es un asunto personal, no es asunto... -!
Eres un Otegui!
Si esto llega a oídos de la gente, ¨en qué lugar nos deja?
-Lo he hecho todo por esta familia.
Patricia es trabajo, estando a su lado controlo sus acciones.
-Quizá era lo que pretendías, pero esa niña te hace contigo lo que quiere.
-Eso no es cierto.
-Demuéstramelo.
Déjala y recupera a tu mujer.
[♪ música emotiva] -¨Cómo ha ido?
-Tu padre quiere que pasemos las navidades con él, con Enrique y Bárbara, familia feliz.
-¨Tan mal te parece?
Ha sido idea mía.
-Estamos hasta arriba de trabajo, Cristina.
No podemos salir así como así.
-Enrique necesita pasar más tiempo con Bárbara, sobre todo ahora.
Bárbara ha descubierto que Enrique le es infiel.
Con tu hermana.
-¨Patricia?
No lo puedo creer.
¨Cómo te has enterado?
-Bárbara me llamó.
Imagínate qué cara se me ha quedado.
-Es que este desgraciado no tiene dos dedos de frente.
Perdona, pero él no es el único culpable de lo que está pasando.
Tu hermana se ha portado como una cualquiera y ha estado a punto de romper un matrimonio con un bebé... -Como si a tu hermano le hubiera importado el matrimonio antes de todo esto.
Parece que no le conoces.
-Perfectamente.
Y no creo que haya tenido que ponerle una pistola a Patricia en la cabeza para hacer nada.
-Mi hermana es una inconsciente, no te digo que no.
Lo que todavía no puedo entender es cómo sigues defendiendo a tu hermano después de todo lo que ha pasado.
-Es ella la que se ha metido en medio de una familia.
Es ella la que no ha sabido mantener la decencia, se ha compartido... -Bárbara, no te consiento que sigas hablando así de mi hermana.
Es la única familia que tengo.
-¨Tu familia?
Ojalá pusieras el mismo interés en crear la tuya propia que en defender a esa desvergonzada.
-¨Qué haces, Cristina?
Tenemos que volver a la fiesta.
-Discúlpate en mi nombre.
[♪ música en inglés] -Manuelito, pórtate bien, ¨vale?
Dame un beso.
Ven aquí, primo.
Que coma solo lo de la bolsa, que luego se pone como una bola, ¨vale?
Que se acueste pronto, que no duerma en calzoncillos, que te va a decir que quiere dormir calzoncillos, que duerma en pijama, y que no beba mucho agua, que luego se te mea encima y mea como mea el niño, ¨eh?
-O sea, que coma lo que quiera, que se acueste cuando quiera, que duerma en calzoncillos y que mee por toda la habitación, ¨no?
-Primo.
-Es una broma, primo, que va a estar a cuerpo de rey.
-Oye, muchas gracias por cuidar de él, ¨eh?
-Nada, hombre, que uno no se va todos los días a cenar con su futura esposa.
Oye, primo, ¨tú estás seguro de esto?
-Segurísimo.
Sí, Rosa María quiere, Manolito quiere, yo... quiero.
Quieres, quieres, quieres, pero no lo parece, que pareces un becerro... -No hurgues más en la herida, que lo mío cuesta, primo, por favor.
-Sonríe, primo, sonríe, que viene, que viene.
Diré que está muy guapa.
-Directamente.
Está muy guapa.
-Ahí está.
-Ay, muchas gracias.
Pues ya estoy lista.
-Bueno.
Gracias por dejarme usar el baño.
-Nada, gracias al primo.
¨No vamos?
Que al final nos entretenemos.
-Venga.
Disfrutad, pareja.
-Adiós.
-!
Hasta luego!
-Tío Jonás, ¨vamos a jugar al balón?
-No, vamos a jugar a una cosa mucho más divertida.
Ven aquí.
-Coser es cosa de chicas.
-No, quejarse es de chicas.
-!
Qué rollo!
-Mira, guapo, hoy me he cargado este vestido y como se enteren se me cae el pelo.
Así que te va a tocar esperar.
No quieres cenar un poco?
Ya es hora.
-Sí ya he cenado.
-¨Ya te lo has comido todo?
-Sí.
-Madre mía, si va a ser verdad que el crío es una lima.
Anda, juega un poco por ahí.
Venga.
!
Manolito!
!
Manolito, deja eo que me buscas la ruina!
-¨Pero qué está pasando aquí?
-!
Luisa!
Pues nada, ¨eh?
El niño, que se lo estoy cuidando a Pedro y a Rosa Mari y se me ha escapado de la habitación y ha venido aquí.
-!
Mentira!
El tío Jonás ha venido aquí a coser.
-¨Cómo a coser?
Pero si este vestido es nuestro.
Me vas a decir ahora mismo qué está pasando aquí o llamo a don Emilio y se lo cuentas a él.
-No, no, no.
Está bien, está bien, está bien.
El señor De la Riva creía que estabais haciendo algo raro y me pidió que investigara.
-No me lo puedo creer.
¨Has estado espiándonos?
¨Pero tú quién te crees que eres?
-No, que no, que no me dio tiempo.
Me colé en el dormitorio de Diana y sin querer rompí este vestido.
si esto es el colmo.
¨Nos espías y nos rompes la ropa?
-Pero ya está arreglado.
-Pero ¨y tú desde cuándo sabes coser?
ujer, hay muchas cosas de mí que no sabes.
Me crie con mi madre y mis tres hermanas.
No se lo vas a decir a don Emilio, ¨verdad?
-No.
Se me ocurrió una cosa mejor.
¨Tú conoces a Phillipe Ray?
-No.
No.
-¨Pero qué invento es éste?
-Estoy tirando a la basura todas las cosas de Mateo.
-¨Un trofeo de pesca?
-No, esto es de Pedro.
artas de amor c que me escribía en el pueblo.
Y su gorra del servicio militar.
-Por Dios, te llevas todo esto al rastro y te forras, ¨eh?
-Sí, hija, sí, tengo de todo.
Y de Mateo, ¨qué tengo?
Nada, no tengo nada.
No tengo ni la cuenta de nuestra primera cita.
Nada, ni un recuerdo, ni un regalo, nada.
Y eso es la prueba de que nuestra relación no significaba nada.
Es que no sé cómo he estado tan ciega y no he visto que nuestra relación no tenía ningún futuro.
ueno, no tienes -B cachivaches de Mateo, ¨y eso qué más da, Clara?
Si lo que sientes por él es mil veces más fuerte que lo que hayas sentido por ningún novio antes.
Solo hay que ver lo que hayas montado.
Llevas todo el día en camisón y sin maquillarte.
Eso no pasaba desde... Eso no ha pasado nunca.
-¨Y qué se hace, Rita?
¨Cómo se olvida?
-Si yo lo supiera.
-Madre mía, ahora sé lo que siento un eunuco.
¨Has echado un vistazo?
Este es el paraíso, yo solo pensando en una.
Hola, ¨qué tal?
¨Nos pones dos más, por favor?
¨Qué tal con Cristina?
-Se ha marchado a casa, no tenía ganas de fiesta.
-A ti se te nota emocionadísimo, ¨eh?
-No soy la mejor compañía para esta fiesta, ¨no?
¨Dónde está Clara?
-Tú sabrás.
Ha estado todo el día fuera con el asunto de los bancos que le pediste.
-Yo no le he pedido que fuera ningún banco.
-Ana me dijo que tú le ordenaste un no sé qué de los bancos.
-¨Yo?
-¨Entonces tú no...?
Yo no.
erto, aquí está pasando algo y no me gusta nada.
Me voy.
-Permiso.
¨Me invitas una copa?
-Un borbón.
-Don Mateo, no puede estar aquí hasta las... -Estoy buscando a Clara.
-Pues no está, porque se ha ido a hacer recado.
-Rita, basta ya de excusitas, por favor.
Entra Ana y tú, me estáis volviendo loco.
¨Qué pasa?
-Esta es por Clara.
Y, bueno, a lo mejor porque yo tengo tensión acumulada por mis cosas, ya sabes.
-No, no lo sé.
-Ah, ¨no?
¨No sabe?
-No, no lo sé, no lo sé.
?
-¨No sabe lo que pasó ayer por la noche .
Porque mi hermana sí que lo sabe !
-¨Pero qué?
!
Por Dios -Usted y la devora hombres.
¨O va a decirme que no se vieron en el Pausa?
¨Eh?
-Clara nos... -Sí.
-Pero sí... -!
Sinvergu enza!
!
Clara!
!
Clara, soy yo!
!
Ab!
!
Abre, por favor!
[golpes a la puerta] ¨Podemos hablar esto como adultos?
!
Clara!
Entre Bárbara y yo no ha pasado nada.
De verdad, nada.
pes a la puerta] A brame, ábrame, por favor, déjame que te explique.
Clara, no me hagas esto, por favor, abre.
Clara.
[♪ música emotiva] -¨Aburrido de tanto chiste de pilotos?
-Cansado, solamente.
-Hola.
-Un segundo.
Buenas noches.
-Habéis montado una buena, ¨eh?
arlos quería disculparme por lo de antes.
Estaba nervioso por la rueda de prensa y la he pagado con quien lo debía.
-Ni te preocupes, es normal.
Si aceptas un consejo, relájate con Enrique.
La vida es demasiado corta como para pasarla peleándote con jefes complicados.
-Tienes razón.
-Y mucha sed.
¨Queréis tomar algo?
¨Un San Francisco?
-Perfecto, gracias.
-¨Alberto?
-Estoy bien.
-Gracias por disculparte, Alberto.
-Comprensivo tu novio.
Supongo que conmigo era mucho más difícil, con este carácter que tengo.
-No es el momento.
-¨El momento de qué?
¨De decirte que me muero de celos cada vez que te veo con él?
-Alberto, por favor.
-Sigo enamorado de ti, Ana.
Nunca he dejado de estarlo.
-No sigas.
-Te quiero.
Te quiero igual que el primer día.
-Si supieras cuánto he deseado volver a oír eso.
Pero ha pasado demasiado tiempo.
Y demasiadas cosas, estás casado.
-Vámonos de aquí, por favor.
Olvídate de todo.
Vámonos.
-Anna.
Y aquí tenemos el San Francisco.
-Gracias.
-¨Te puedo presentar a dos amigos?
-Claro.
[♪ música suave] -Es de mala educación que el anfitrión sea el primero en marcharse de la fiesta.
Lo sabes, ¨verdad?
¨Me llevas?
[♪ música en inglés] -!
Padre, nieve!
-!
Prende, primo!
-¨Esta noche es Nochebuena?
-!
Manolito!
!
Pero bueno!
!
Rosa Mari y Pedro no os había visto!
-Pedro me va a pedir la mano en Nochebuena, cenando con la familia.
-¨Cómo es posible que a día de hoy todavía no haya descubierto nada de lo que traman esas chicas?
-Cuidado.
-Por los milagros.
Por un milagro en Navidad -Que falta nos hace.
[gritos] -!
Silencio, por favor!
-Todas las líneas de trenes y autobuses han sido cortadas más allá de la capital.
-Rita, ¨tú volverías atrás?
-Pero eso es imposible, Pedro, porque tú ahora estás con Rosa Mari... -¨Y si no estuviera?
-Yo también tuve que renunciar a un hijo.
Me quedé embarazada del hermano de don Rafael.
Negó que él fuera el padre y desapareció.
-Pero esa historia no es así.